miércoles, 23 de mayo de 2012

Efectos de la anfetamina

Los síntomas físicos son: Aumenta el estado de alerta.  Comportamiento agresivo y violento. Aumento de energía y actividad motora. Sensación de bienestar. Aumento en la seguridad y confianza. Disminuye el sueño. Disminuye la fatiga. Aumenta la velocidad de pensamiento y lenguaje. Se suprime la sensación de apetito.  Aumento en la presión arterial.  Aumento en la frecuencia cardiaca. Aumento en la temperatura corporal. Estimulación de la corteza cerebral. Desincronización en el Electro Encefalograma (E.E.G.) Disminución del sueño.


Los cambios conductuales se presentan en la agitación psicomotriz, con sentimientos de grandeza, estados de alerta, pleitos y deterioro en los procesos de pensamiento.
A dosis normales, sus efectos varían de acuerdo al individuo y las condiciones de ingesta. Pueden producir efectos placenteros, hiperactividad y sensación desbordante de energía, pero también causan temblor, ansiedad irritabilidad, ira inmotivada y repentina, trastornos amnésicos e incoherencia. En la última fase se describen depresión, cuadros paranoides y delirios paranoides, alucinaciones y trastornos de conducta. El consumo de anfetaminas puede conducir a actuaciones agresivas, al igual que los barbitúricos y el alcohol, por su gran efecto euforizante, unido a un descontrol en los instintos inhibitorios.

Tales situaciones se producen cuando las dosis suministradas, generalmente por vía endovenosa, superan los 2 gr. Está demostrado un mayor potencial en las anfetaminas que en la cocaína, tanto en su punto más álgido como en la duración de los efectos. Reacciones muy graves se producen al consumirlas con barbitúricos en el conocido fenómeno de la pluritoxicomanía. Tomadas en dosis importantes son causantes de confusión, tensión, ansiedad aguda y miedo. También pueden precipitar psicosis paranoide en sujetos no psicóticos. La psicosis anfetamínica desarrollada por el sujeto se asemeja a la psicosis paranoica y a la esquizofrenia paranoica.


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